viernes, 25 de febrero de 2011

En honor a Hilario Cid

Con usted comencé mi aventura psicoanalítica, ese viaje por lo más profundo de la mente, tan complejo y apasionante. Con usted comencé a amar el psicoanálisis, a indagar por los rincones ocultos del inconsciente que gobiernan nuestra vida de una forma que pocos son capaces de admitir. Usted, mi maestro, aquél que me enseñó que uno no debe detenerse nunca ante su deseo, el que me dio el aliento y valor necesarios para ser una mujer de deseo decidido. Nunca olvidaré su cálida mirada en los momentos más duros de mi análisis, cuando con una leve sonrisa y unas breves palabras me alentaba a seguir adelante y a comprender que la vida, tan fugaz, no se la debe dejar escapar.
Sí, con usted comencé a amar y a creer en el psicoanálisis. Aún me quedaba mucho por decir, mucho que comprender y usted se ha ido… Pero en lugar de lamentarme, me hace feliz el hecho de haber compartido mi vida con usted a lo largo de 5 años intensos.
Hace pocos días anduve por Viena, disfruté de un largo café en Landtmann y caminé por Berggasse. Sentí, al respirar en la casa del padre del psicoanálisis, una emoción tan intensa que fue entonces cuando toda duda se disipó y comprendí que mi destino es ser psicoanalista.
El hermoso camino analítico que he recorrido con usted me ha hecho albergar en mi interior una auténtica pasión por el psicoanálisis, por comprender la auténtica verdad de uno mismo, y arropar el deseo de vivir una vida auténtica.
Usted amaba a las personas y anhelaba comprenderlas y poder tenderles una mano, como hizo conmigo y eso es algo que jamás podría olvidar.
Tengo tanto que decirle aún…pero en fin, la muerte es a veces caprichosa…
Solo le diré que gracias. Gracias por hacerme comprender, por contagiarme de su amor ante la vida, por lanzarme a ser quien quiero ser…
Algún día seré psicoanalista y cuando me pregunten, donde quiera que esté, quien es mi analista, yo les sonreiré y les diré llena de orgullo y felicidad: “mi analista por excelencia es Don Hilario Cid.”
Hasta siempre…

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