lunes, 12 de octubre de 2015

Todo lo demás es polvo y aire...

Málaga me gustas mucho, porque en una calle pegadita a calle Larios mi padre tenía su consulta, y yo iba a menudo a visitarle, para poder compartir juntos su particular y precioso silencio delante de un café, sus ojos brillantes color miel y sus palabras, que tenían el don de acariciar el corazón… Así podía una encontrar, en su sonrisa y en su forma de mirar, una razón para vivir y un deseo de luchar para continuar contemplando el brillo de esos ojos y la dulce caricia de esas manos rechonchas y calentitas en mi mejilla. Si en la vida existe un vacío existencial, él lo lograba tapar cuando me dedicaba una sonrisa. Por eso, si sigo navegando y luchando en medio de la tempestad, es porque él querría ver la mía.
La vida vale la pena porque tú has sido mi padre y me has salvado. Todo lo demás, como dice Máximo en Gladiator, es polvo y aire.