Las aceitunas esperan
cada año ansiosas
las manos que las acaricien.
Aceitunas que cuelgan
del olivo sabrosas.
Caen bajo su sombra
esperando los labios
que las saboreen.
Aceitunas que descansan
bajo el manto del cielo
y bajo el manto de su soñador
olivo.
Esperando al jornalero soñador
que con tenacidad y sudor
las atrape con su abrazo
furtivo.
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