martes, 16 de agosto de 2011

Besos imprudentes

Besos imprudentes de aquella noche;
labios urgentes que se buscaron con derroche.

Caricias sin demora entre la multitud nos dábamos;
suspiros incesantes en los que nos ahogábamos.

Besos, ¡que imprudentes fuisteis, dejándome caer
en el aroma de su cuerpo, en sus brazos, en su piel!

La urgencia de nuestros labios poco duró después;
su mirada apasionada se perdió al amanecer…

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