lunes, 20 de febrero de 2012

Romance eterno de un corto invierno

Surcando el mar Báltico
con tu traje de marinero,
musculado y atlético
con ademán de caballero.

Surcando los mares de Europa
y los puertos de aquí y de allá
reposas de boca en boca
tus labios de soledad.

Un día en mi puerto atracaste,
mi tierra quisiste pisar
y en un mar de besos embarcaste
tu boca con sabor a inmensidad.

Adiós marinero polaco,
a mis labios ya no volverás:
los besos que me regalaste
me los ha robado el mar.

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