con tu traje de marinero,
musculado y atlético
con ademán de caballero.
Surcando los mares de Europa
y los puertos de aquí y de allá
reposas de boca en boca
tus labios de soledad.
Un día en mi puerto atracaste,
mi tierra quisiste pisar
y en un mar de besos embarcaste
tu boca con sabor a inmensidad.
Adiós marinero polaco,
a mis labios ya no volverás:
los besos que me regalaste
me los ha robado el mar.
simplemente precioso
ResponderEliminarBello, bello!! como el marinero, que de puerto en besos va!
ResponderEliminarEs realmente bonito.
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