miércoles, 1 de diciembre de 2010

Mi infancia son recuerdos de Antequera


Siempre me quejaba de mi pueblo, siempre diciendo que era aburrido, que no tenía nada...y ahora me muero por volver...


Me muero por contemplar, desde la ventanilla del coche, al indio que reina el pueblo y te deja en los labios el sabor de su leyenda...


Me muero por llegar a mi calle, una calle fea y estrecha, con la maravillosa fachada fea de mi casa cuya pintura desaparece cada invierno. Pero es mi casa, aquella que guarda mis juegos de infancia, mis sueños de adolescencia...


Me muero por despertar en mi minúscula habitación, abrir los ojos, asomarme a una angosta ventana con una persiana de madera descolorida y carcomida por el paso de los años y escuchar a lo lejos las campanadas pueblerinas de la iglesia...las cuales siempre he odiado porque me despertaban y ahora resuenan en mi mente con una nostalgia infinita...


Me muero por bajar al salón y disfrutar con el olor matutino que desprende el mollete antequerano mientras mi madre lo tuesta en la cocina sin dejar de cantar esas canciones suyas andaluzas...


Me muero por ir a lo más alto de Antequera, asomarme a su mirador y contemplar el pueblo de mi infancia...ver a lo lejos cada rincón y el secreto que guarda... ver a lo lejos mi colegio y que se escape una lágrima...


Me muero por sentarme frente a mi padre y escuchar durante horas su filosofía de vida y su sentido del humor mientras me mira con dulzura, por escuchar a mi madre cantar y cantar mientras me sonríe de felicidad, por ver a mi hermano obsesionado haciendo flexiones mientras me sonríe con su expresión inocente cuando le digo lo tonto que es por hacer cosas así...por escuchar ladrar a mi perro mientras me mira con sus ojillos tiernos pidiéndome dar un paseo...


Me muero por pasear por sus calles, por pasar bajo el balcón de mi abuela, alzar la vista, cerrar los ojos y sentirme atrapada por la melancolía del recuerdo de su olor, tan característico, su sonrisa y sus ojos grises...


Antequera...sé que mi vida no deberá estar ahí contigo, pero siempre volveré y ahí estarás, con el aroma de unos recuerdos que jamás podré olvidar...





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