Victoria Malagueña y exquisita,
al son de una canción de Sabina.
el humo huyendo de nuestros labios
en el parque, en aquella esquina.
Correr por las calles de Teatinos,
envueltas en la magia de nuestras noches
de cerveza, locura y cigarrillos...
Reír sin poder parar,
reír hasta que nos faltaba el aliento,
dejando de lado la responsabilidad,
dejándonos llevar por lo que nos pedía el momento.
Creo que no he vuelto a reír
como reía entonces contigo.
Las cervezas esperan tristes,
los cigarrillos no saben igual,
y las risas aparcadas en un rincón
esperan que nos volvamos a encontrar.
TE ECHO DE MENOS
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