lunes, 14 de marzo de 2011

Deseo decidido...

Tenía 16 años y comenzaron mis dudas sobre que estudiar y a qué dedicar mi vida. A los 11 le dije a mi padre que quería estudiar psicología y sus ojos se iluminaron de una forma que jamás podré olvidar. Una brillante mirada y expresión de desconcierto momentáneos y a la vez emoción. Pero por alguna razón, una infinidad de miedos e inseguridad ante un futuro incierto se apoderaron de mí y no sabía si elegir el camino del psicoanálisis o no.
Pero finalmente me decidí. Tenía yo unos 17 años y una sesión despejó cualquier atisbo de duda para lanzarme de lleno a cumplir mi deseo. Aquella sesión duró apenas unos minutos. Le dije a Hilario: “ya sé que quiero. Voy a estudiar psicología porque quiero ser psicoanalista.” Entonces él esbozó su leve y astuta sonrisa e incorporándose del sillón me dijo: “¡Eso es!”.

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