domingo, 29 de abril de 2012

A mi padre


Nunca digas demasiado,
tu amor nunca me sobra,
y siempre me basta.

Me abriste la puerta
de una vida auténtica,
y ya nadie podrá cerrarla.

Y podré volar muy alto,
porque tú
me has dado alas.

Y podré llegar muy lejos,
por el amor
que siempre me regalas.

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