Ciencia ¿a dónde vas
con ese aire portentoso
soberbio y poderoso
con que miras al pasar?
Ciencia, ciencia egoísta,
todo para tí lo quieres,
el cielo, el aire y los astros,
mis ojos, mi vida, mis sienes.
Pero dime ciencia perfecta,
ciencia que todo lo puede,
donde duerme aquí la célula,
aquí, en mi poema de nieve.
En mi poema de nieve,
blanco como tu bata,
con tu flor de narciso
atada en la solapa.
Ciencia podrás gobernar
el latido del corazón,
pero nunca tu sabrás
del latido su razón.
Ciencia, tal vez mi retina
algún día operarás
pero si ante el amor brilla
eso nunca lo medirás.
Así que ciencia perfecta,
arrodíllate con cortesía,
nunca podrán medir
tus números la poesía.
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