Dime que siempre me has querido,
dime que siempre pensarás en mí,
que mi voz a tu corazón se ha adherido
y tus labios desean de los míos el carmín.
Nunca te amaré
Dime que nunca me querrías,
dime que apenas te intereso,
que ni siquiera anhelas un beso,
y ni loco por mí suspirarías.
Por ti suspiraré
Sonríeme hoy con dulzura,
mañana mírame con desdén,
bésame esta noche con locura
y márchate poco después.
A donde vayas te seguiré
Bésame, márchate, bésame,
embriágame de desinterés.
Los besos que nunca quieras darme…
Son los únicos que siempre querré.
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