lunes, 9 de enero de 2012

Contradicción

Dime que siempre me has querido,

dime que siempre pensarás en mí,

que mi voz a tu corazón se ha adherido

y tus labios desean de los míos el carmín.


Nunca te amaré



Dime que nunca me querrías,

dime que apenas te intereso,

que ni siquiera anhelas un beso,

y ni loco por mí suspirarías.


Por ti suspiraré



Sonríeme hoy con dulzura,

mañana mírame con desdén,

bésame esta noche con locura

y márchate poco después.


A donde vayas te seguiré



Bésame, márchate, bésame,

embriágame de desinterés.

Los besos que nunca quieras darme…

Son los únicos que siempre querré.

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